Me siento frente a la pantalla, queriendo hablar de aquello, que golpea y duele y al mismo tiempo, hay regocijo en ello.
España, España, país de roca y piedra que ha transformado a sus habitantes en eso, no critico porque lo acepto, como cada país tiene su tema, el de acá es ese.
¡Que drástica la sentencia! No es sentencia sino verdad, ellos contentos, hablando fuerte con ganas de soltar lo que tienen adentro, simpáticos y alegres son su condición a pesar de aquello.
En estos años por estas tierras, se llega a la conclusión que hay que amarlos porque la dureza es parte intrínseca en ellos.
Pero hoy hubo un milagro.
El comienzo de la historia fue cuando uno de ellos, hombre alto y moreno, tranquilo, y paciente, llego a este puerto, como nunca otro de ellos.
Escucho y creyó, en pocas semanas hablaba de su Dios, creía cada palabra que viniera del Libro que dejó Aquel que dio todo en su momento, levantaba sus brazos que llegaban al techo, alabando al Creador sin mirar al resto, gozando cada momento el poder cantar a su maestro.
Había gozo en los cielos,los ángeles bailaban. Ya había uno, que Dios traspasó la gran barrera, que es la piedra.
Había gozo en los cielos,los ángeles bailaban. Ya había uno, que Dios traspasó la gran barrera, que es la piedra.
Hoy en la noche, llega la noticia que el ha muerto.
Golpe duro, pero lo acepto, porque se que él esta mirándonos diciendo: esta bien, esta bien, así prefiero, quiero estar con mi Padre que esta recibiéndome con un abrazo que
Golpe duro, pero lo acepto, porque se que él esta mirándonos diciendo: esta bien, esta bien, así prefiero, quiero estar con mi Padre que esta recibiéndome con un abrazo que
que es de dicha completa.
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